Longevidad Saludable: Desafíos y Oportunidades para una Vida en Plenitud

Longevidad activa

La longevidad es una de las grandes conquistas humanas y un logro destacado de las últimas décadas. Sin embargo, la posibilidad de vivir una vida más larga también trae consigo una serie de problemas y desafíos que deben ser abordados de manera efectiva e integral, no solo a nivel individual, sino como una responsabilidad compartida por toda la sociedad.

Uno de los problemas más evidentes relacionados con la longevidad es el aumento de enfermedades crónicas y discapacidades asociadas con la edad. El inexorable paso del tiempo deja su huella, lo que incrementa las probabilidades de desarrollar enfermedades neurodegenerativas o condiciones crónicas como la diabetes y la hipertensión, afectando negativamente la calidad de vida y la autonomía.

Un gran desafío

Frente a este panorama, enfrentamos un gran desafío: envejecer de manera resiliente, entendida como la capacidad de adaptarse a los cambios propios de la edad y superarlos, manteniendo la salud física y mental, para llegar al “tercer tramo de la vida” experimentando plenitud. Este concepto de resiliencia no solo se refiere a resistir los embates del tiempo, sino también a florecer en esta etapa y ser un ejemplo a seguir para las generaciones más jóvenes.

Aquí, el aspecto emocional juega un papel fundamental. Aprender a controlar las emociones y gestionar el estrés es clave para superar los obstáculos asociados con la longevidad y mantener un buen estado de salud y bienestar a lo largo de la vida.

A nivel social, los desafíos son múltiples. Uno de los más evidentes es la sostenibilidad de los sistemas de salud y pensiones, así como la necesidad de adaptar los entornos para una población envejecida. Sin embargo, no estamos condenados a que esta carga aumente indefinidamente en el futuro. Los sistemas educativos y de salud tienen un rol fundamental en mitigar estos desafíos.

El sistema educativo debe implementar talleres y cursos que proporcionen herramientas concretas para cultivar un estilo de vida que permita enfrentar el proceso natural de envejecer con salud física, mental y cognitiva. En paralelo, el sistema de salud debe liderar la implementación de programas globales de salud preventiva tanto en el ámbito de la salud pública
como en la comunidad.

Un aprendizaje de por vida

Envejecer de manera resiliente es un aprendizaje continuo, y cuanto antes se comience, mejores serán los resultados. No basta con discursos o declaraciones; es necesario tomar medidas y decisiones concretas. Esta educación debe iniciarse en la escuela y el seno familiar desde temprana edad, para aprender a controlar los 14 factores manejables que contribuyen a disminuir el riesgo de enfermedades neurodegenerativas y distintos tipos de demencias.

Es importante destacar que no se puede esperar que las personas adopten este enfoque cuando ya presentan un grado de deterioro cognitivo o enfermedad, aunque nunca es demasiado tarde para paliar o frenar un proceso que ya se ha iniciado. La clave es la proactividad: iniciar este aprendizaje temprano para que la resiliencia sea una habilidad natural a lo largo de toda la vida.

Cómo avanzar

Para avanzar, es necesario cambiar el paradigma que enmarca el envejecimiento. Este proceso no debería dejarse al azar de la información genética.

Podemos transformar creencias negativas o erróneas sobre la vejez y promover otras más convenientes y esperanzadoras, como la idea del envejecimiento resiliente. Sin embargo, para que esta visión se convierta en realidad, es imprescindible cultivar la salud física y mental con conciencia y voluntad desde temprana edad.

Mantener la salud y juventud cerebral a lo largo del ciclo vital requiere un cambio en la forma de pensar: pasar de un pensamiento reactivo a un pensamiento flexible y proactivo. Esto implica un trabajo colaborativo entre los distintos actores sociales para alcanzar un objetivo común: Una vejez resiliente, sin enfermedades y en plenitud. Este cambio de paradigma es esencial para una sociedad que valore y cuide su longevidad.

ECEM y El Hexaedro de la Salud

En Movimiento Integrador, hemos desarrollado la metodología ECEM: Entrenamiento Cognitivo en Movimiento, y la herramienta «El Hexaedro de la Salud».

Esta herramienta es más que una simple metáfora; es un modelo práctico que explica y grafica las distintas caras y aspectos que mantienen en equilibrio dinámico el delicado mecanismo de la salud. Con El Hexaedro de la Salud, ofrecemos una herramienta práctica de autodiagnóstico, control y autosupervisión para abordar los hábitos que rigen el estilo de vida, ayudando a las personas a tomar control de su salud de manera integral.

Porqué un hexaedro o cubo

El hexaedro o cubo, con su estructura sólida y equilibrada, representa la base física y biológica sobre la cual se sostiene la vida. Es un símbolo de estabilidad y equilibrio, principios que son esenciales para mantener la salud en el tiempo.

Las cuatro caras verticales

Las cuatro caras verticales del cubo representan cuatro aspectos fundamentales para la vida y la salud: el sueño, el estrés, el ejercicio y la alimentación.

Estas son áreas en las que podemos tomar el control e influir positivamente en todo el organismo, asegurando que nuestra base sea lo más sólida posible.

Las dos caras horizontales

Las dos caras horizontales del cubo representan la genética y la longevidad saludable. En la base inferior del hexaedro se ubican los factores genéticos, mientras que en la base superior se sitúa, metafóricamente, el patrimonio sobre el que se sustenta la salud y la vida: la longevidad, el nivel de energía y la vitalidad que dispone la persona para “danzar la vida”. Aunque no podemos intervenir directamente en estos factores, podemos influir indirectamente a través del control de las caras verticales y de las esferas que se describen a continuación.

Las dos esferas

Para comprender en su globalidad el mecanismo de la salud y la longevidad sana, utilizamos volúmenes geométricos adicionales. En este caso, entran en juego dos esferas:

• La esfera interior: cognitiva-emocional.
• La esfera exterior: el entorno.

Dentro del hexaedro, la esfera interior representa el aspecto cognitivo-intelectual y afectivo-emocional, mientras que la esfera exterior simboliza el entorno en su conjunto: familiar, socioeconómico, laboral o estudiantil y ambiental.

La esfera interior refleja nuestro mundo interno de pensamientos y emociones, mientras que la esfera exterior abarca las influencias del entorno en el que vivimos. Juntas, estas esferas interactúan con las caras del cubo para determinar nuestra salud y longevidad.

Sinergia de tres volúmenes

La sinergia que establecen estos tres volúmenes (el hexaedro y las esferas interior y exterior) determinará la salud y longevidad de una persona.

En Movimiento Integrador hemos iniciado la primera capacitación dirigida a profesionales de la Salud Física y Mental interesados en conocer este innovador método de Entrenamiento Cognitivo en Movimiento: ECEM, que a diferencia de los métodos tradicionales que se hacen con cuadernillos o video juegos, este se realiza en movimiento; obteniendo un doble beneficio: Preservar la salud cerebral, y mantener la funcionalidad del sistema músculo-esquelético.

Marisol Hume Eriksson. Fundadora y Directora de Movimiento Integrador: Centro de entrenamiento Físico, Mental y Cognitivo.
Sitio Web: www.movinhume.com
➢ Entrenadora Mental
➢ Maestra de Danza
➢ Profesora de Yoga

Correo: [email protected]

Para obtener el programa ECEM y más información, contactar: +56990789637

E-mail: [email protected]

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Jessica Smith

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